jueves, 28 de febrero de 2008

Actualizándonos.


De "Mujer en construcción" (pinchar acá) blog que funciona junto con "Familia en construción" (pinchar acá) , tomamos este artículo reciente y muy interesante para los objetivos de nuestro blog con referencia al respeto a la diversidad.
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José María Barnils, responsable de la Asociación Europea de Centros de Educación Diferenciada, afirma que "en comparación con los países de nuestro entorno, ahora vamos con retraso, no hay más que ver las iniciativas de algunos estados alemanes, como Renania-Westfalia, que se plantean seguir el modelo de Berlín, o Estados Unidos, donde hoy hay 366 escuelas públicas single-sex, frente a la media docena escasa de 2003. Porque la coeducación puede funcionar muy bien en algunas materias, pero en otras coadyuvar al fracaso escolar, sobre todo en secundaria y especialmente en los chicos, que pueden situarse hasta 20 puntos por debajo de las chicas en ciertas asignaturas..."
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miércoles, 20 de febrero de 2008

Segunda lengua


La enseñanza de una segunda lengua es, hoy por hoy, una suerte de axioma en cuanto a la educación primaria y media se refiere. Asisten razones de comunicación, de cultura general, de apertura hacia los demás, de índole laboral y económica, de carácter político, etc. Todas válidas y en su justa medida incuestionables.

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Sin embargo cabe hacer algunas consideraciones. Comenzaré con una anécdota de un episodio que me ocurrió hace alrededor de dos años. Lo elijo porque nada tiene que ver con Monte VI, ni con la segunda lengua que allí enseñamos, el inglés. Hacía yo de intérprete español-francés a un funcionario que venía, por razones de negocios, a una feria comercial bastante importante en Montevideo. De pronto, una señora se acerca y a voz en cuello comienza a hablar, en un mediocre francés por cierto, de su pasaje por un famoso colegio de religiosas francesas, cerrado desde la nefasta época de los años sesenta y setenta. No dejaba de alabar la cultura y civilización francesas y terminó ensalzando a Descartes, Voltaire, Rousseau, pensando agradar al huésped. Nunca pude llegar a saber bien que era lo que pensaba el francés de aquel diálogo, pero ciertamente que sonrió comprensivo cuando le comenté: “Comprenderá Ud. que el colegio del que hablaba la Sra. ya no existe más que en el anuario de sus antiguas alumnas”

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Ciertamente, la enseñanza del francés en aquel colegio, nada tenía que ver con los principios que sostenía su ideario, al menos en el enunciado teórico. La Ilustración, aunque se estudie en el francés más puro de la Academia, si no se estudia con la necesaria ecuanimidad y espíritu crítico, no deja de lado su volterianismo anticlerical, lo afirma y enfatiza. Y te quedas sin el francés, sin el colegio y sin tus valores cristianos. Si ninguna enseñanza es aséptica, la de un idioma lo es menos.

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Con un neologismo cursi se llama a este procedimiento, la contextualización para el aprendizaje de una segunda lengua. Con claridad lo veía el hijo de un pastor anglicano cuando se vino a ofrecer como profesor de inglés a Monte VI. ¿Entiende Ud., me decía, que el aprendizaje de una lengua no es posible fuera de un contexto cultural que incluye aspectos religiosos, históricos, etc.? La Corona, la Iglesia Anglicana, los double-decker y conducir por la izquierda, eran para esta persona tan necesarios como conjugar el verbo to be en forma correcta.

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Cuando nos cuentan que en el aeropuerto de La Habana, los letreros estaban en español y en ruso, no vemos allí una necesidad de un turismo de masas que obligara a optar por la lengua de Moscú. Se entiende que detrás se escondía –con dificultad, es cierto- el imperialismo soviético, también en lo cultural.


Amélie Nothomb relata en « Stupeur et tremblements » su experiencia en una empresa japonesa, donde su conocimiento perfecto de la lengua, significa la inmediata ruptura de unas negociaciones. Una caucásica que habla japonés es para los que la escuchan, sinónimo de fisura en el blindaje cultural que su lengua significa.

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Lejos de mi ánimo el discutir la necesidad de manejarse cómodamente en más lenguas que la materna. Sería una carencia intelectual y práctica imperdonable en el mundo de hoy. Lo que traigo a consideración es la necesidad de preservar determinados valores culturales, históricos y religiosos que el aprendizaje de otras lenguas puede afectar, si no está adecuadamente presentado.

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Continuaremos.

Derechos de los hijos, deberes de los padres.


ANTES DE DAR UN CACHETE... intente poner en marcha estos métodos «concretos y positivos que ayuden a tener prestigio y autoridad positiva ante los hijos» que nos propone Pablo Pascual en solo hijos.com :
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Tener unos objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos. Es la primera condición sin la cual podemos dar muchos palos de ciego. Estos objetivos han de ser pocos, formulados y compartidos por la pareja, de tal manera que los dos se sientan comprometidos con el fin que persiguen. Requieren tiempo de comentario, incluso, a veces, papel y lápiz para precisarlos y no olvidarlos. Además deben revisarse si sospechamos que los hemos olvidado o ya se han quedado desfasados por la edad del niño o las circunstancias familiares.

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Enseñar con claridad cosas concretas. Al niño no le vale decir "sé bueno", "pórtate bien" o "come bien". Estas instrucciones generales no le dicen nada. Lo que sí le vale es darle con cariño instrucciones concretas de cómo se coge el tenedor y el cuchillo, por ejemplo.

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Dar tiempo de aprendizaje. Una vez hemos dado las instrucciones concretas y claras, las primeras veces que las pone en práctica, necesita atención y apoyo mediante ayudas verbales y físicas, si es necesario. Son cosas nuevas para él y requiere un tiempo y una práctica guiada.
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Valorar siempre sus intentos y sus esfuerzos por mejorar, resaltando lo que hace bien y pasando por alto lo que hace mal. Pensemos que lo que le sale mal no es por fastidiarnos, sino porque está en proceso de aprendizaje. Al niño, como al adulto, le encanta tener éxito y que se lo reconozcan.
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Dar ejemplo para tener fuerza moral y prestigio. Sin coherencia entre las palabras y los hechos, jamás conseguiremos nada de los hijos. Antes, al contrario, les confundiremos y les defraudaremos. Un padre no puede pedir a su hijo que haga la cama si él no la hace nunca.
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Confiar en nuestro hijo. La confianza es una de las palabras clave. La autoridad positiva supone que el niño tenga confianza en los padres. Es muy difícil que esto ocurra si el padre no da ejemplo de confianza en el hijo.
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Actuar y huir de los discursos. Una vez que el niño tiene claro cual ha de ser su actuación, es contraproducente invertir el tiempo en discursos para convencerlo. Los sermones tienen un valor de efectividad igual a 0. Una vez que el niño ya sabe qué ha de hacer, y no lo hace, actúe consecuentemente y aumentará su autoridad.
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Reconocer los errores propios. Nadie es perfecto, los padres tampoco. El reconocimiento de un error por parte de los padres da seguridad y tranquilidad al niño/a y le anima a tomar decisiones aunque se pueda equivocar, porque los errores no son fracasos, sino equivocaciones que nos dicen lo que debemos evitar. Los errores enseñan cuando hay espíritu de superación en la familia.
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Tomado de conoze.com
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viernes, 8 de febrero de 2008

1997


Siguiendo con los recuerdos, algunos me atañen personalmente y quedan para mí. Los más, implican a varios, que disfrutaron, rieron o pensaron con ellos Pero otros son hitos en la historia de Monte VI. Entre ellos, la visita del Prelado del Opus Dei.



Como todos bien saben, San Josemaría veló siempre por transmitirnos fidelísimamente, esa llamada de Dios a los hombres a la santidad en el cumplimiento del deber cotidiano, que recibió el 2 de octubre de 1928. Para los padres, que precisamente han de santificarse como padres, este deber está unido de forma indisoluble a la educación de los hijos. Por ello es tan natural que ya en los primeros años de la década de los 50, animara a algunos matrimonios a sacar adelante iniciativas educativas. Era una exigencia de secularidad, en la medida que era un llamado a ejercer en el ámbito civil, el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. Y los frutos le han dado largamente la razón. Basta para los que los conocemos, mirar las caras de los niños de la foto y pensar que ha sido de ellos en estos 10 años.



Este rasgo característico de secularidad, hace que los colegios que promueven los amigos y fieles de la Prelatura del Opus Dei, no puedan ser considerados confesionales. Son iniciativas educativas que se enmarcan en el ejercicio del derecho-deber de los ciudadanos comunes y corrientes a educar a sus hijos. Dentro de los criterios habitualmente aceptados de centros de enseñanza de gestión estatal, confesionales (de diferentes credos o iglesias) y de gestión privada, es en estos últimos que se encuentran.



Aquel invierno de 1997, preparamos la visita del Padre con mucha ilusión. Todos participamos. Veíamos con impaciencia esos minutos de su agenda muy apretada, que nos preparábamos a vivir con intensidad. La nota simpática fue una escolta de gauchitos de 6 años, con sus tacuaras, sus bombachas camperas, sus vinchas y sus alpargatas de estreno, que lo esperaban flanqueando la escalera. Para todos ellos tuvo palabras de cariño mientras subía aquellos escalones de ladrillo.



A título de anécdota, decía Santa Teresa que Dios anda entre los pucheros. Tengo para mí que el diablo entre los cables. Porque la grabación que habíamos contratado a unos profesionales de prestigio (?) se estropeó. Se salvaron del desaguisado fotos y videos. Me quedó a fuego en la memoria que el Padre les dijo a los niños que fueran a visitar a Jesús que los esperaba siempre en el Sagrario. Que fueran siempre muy sinceros. Y luego, hizo un comentario por demás oportuno, sobre el deporte. Que el deporte en el colegio era para divertirse, adquirir virtudes y ser muy compañeros. ¡Ojalá lo entendieran todos, niños y padres!



Todo transcurrió con rapidez, le esperaban en otros lados, pero con una gran serenidad. Nos había visitado el Padre. Lo que estábamos haciendo todos en Monte VI era un trabajo profesional cara a Dios. Estoy seguro que la Virgen desde su azulejo del jardín, nos sonrió con ternura.

lunes, 4 de febrero de 2008

Sagrario



Uno de los recuerdos que se destacan en mi memoria, de los años como director de Monte VI, fue la compra del nuevo Sagrario. Por todo lo que representaba de reverencia a la Eucaristía, por darle al culto Divino toda la dignidad posible, por la responsabilidad en la piedad eucarística de los alumnos y todos los que allí estábamos. Y además por las enseñanzas de San Josemaría: para el Señor, siempre lo mejor. Así que empezamos una campaña económica. Desde los niños, pasando por los maestros, los padres, y el resto del personal, cada uno según sus posibilidades y de acuerdo a lo que le dictara su corazón, colaboraron con generosidad. Cuando llegamos al monto, iniciamos los trámites de importación. Hasta una visita personal a Talleres de Arte Granda de alguien de confianza que estaba de paso por Madrid. Luego, ir a buscarlo al aeropuerto, llevarlo personalmente hasta el colegio, la bendición y la primera Misa, todo me quedó grabado con nitidez.
Como el Señor nunca se deja ganar en generosidad, los primeros beneficiados fuimos todos los que pasábamos por aquel Oratorio a hacer la visita al Santísimo. Pero en especial los alumnos. ¡Cuántos frutos ya se ven! Y cuántos más se verán en la medida en que, como nos recordaba el actual Prelado del Opus Dei Don Javier Echevarría durante su visita al colegio, allí esté centrada la vida y el corazón de Monte VI.

sábado, 2 de febrero de 2008

Agradecimiento (2)

Retomamos el tema de los papás en casa. Cuando los novios deciden contraer matrimonio, establecen una relación con consecuencias sobre sus personas y sobre la sociedad de singular importancia. Son desde entonces dos personas vinculadas por el matrimonio, contraído con las condiciones que para su validez se establecen. Para los interesados en profundizar en estos aspectos, les recomendamos cinco entregas tituladas “Familia y Derecho Canónico” que aparecen publicadas por Don Joan Carreras en “Familia en construcción” (pincharacá)
De la misma manera que la esponsalidad “marca” a las personas mientras los dos cónyuges estén vivos, y no de manera adjetiva sino verdaderamente sustantiva, la paternidad-maternidad lo hace de manera similar, de tal manera que ya no son más Luis y Marta sino Marta y Luis esposos y padres.
(pincharacá)
Para un director de colegio a comienzos del siglo XXI, es éste un tema de reflexión obligada. La presión social sobre los matrimonios en torno a los hijos y el trabajo -tanto del padre como la madre- hace que ésta se traslade al colegio en la asunción de unos compromisos que no son los propios de su misión.
En efecto, el colegio, por definición, actúa en forma subsidiaria y por explícita delegación de los padres, en la educación formal de los alumnos. Cumple así una tarea cada vez más importante, en la medida que los conocimientos y los aprendizajes son más complejos ya que por el hecho de ser padres, tenemos muchas responsabilidades, pero no nos es dada la ciencia infusa. Pero incluso esta afirmación es relativa. Lo demuestra la cada vez mayor importancia del Home Schooling. (pincharacá) y también (pincharacá) . La inversa no es válida. La escuela ni debe ni puede ser el sustituto de la familia.
El colegio es para los padres, lo que la paraclínica para el médico. Cumple una función que afina la tarea, que ayuda al diagnóstico. Pero la última palabra la tiene el médico, según el antiguo aforismo de “la clínica es soberana”. De la misma manera quién educa es la familia, el colegio ayuda al cumplimiento de la tarea en un área que le es propia. Pero aquí también debemos decir “la familia es soberana”.

Con “explicaderas” buenas para todas las “entendederas”, le gustaba decir a San Josemaría que la familia es el principal negocio que tenemos los padres. Volviendo a las primeras consideraciones del artículo, matrimonio, paternidad y filiación, no son adjetivos, son sustantivos. Nos indican el orden que deben tener nuestras prioridades no sólo para dar cumplimiento a nuestras responsabilidades familiares sino principalmente para nuestra realización personal.