viernes, 28 de diciembre de 2007

Sobriedad


Uno de los desafíos educativos que nos pone por delante la sociedad de consumo y la cultura hedonista, es educar a nuestros hijos y nuestros alumnos en la sobriedad. Si bien es un tema en el que desde el punto de vista teórico, normalmente estamos todos de acuerdo, a la hora de la práctica, las presiones del entorno o nuestra propia falta de sobriedad y fortaleza, hacen que este tema genere rispideces, a veces difíciles de comprender.
En efecto, somos muy agudos a la hora de juzgar a los demás, pero a la de ver nuestras propias carencias y virtudes, de una indulgencia tremenda. Una sociedad en la que los perros, como los de la foto, tienen cama con dosel, poco difiere de la época de las caballerizas de mármol de Calígula. Aunque suene duro.
Para adentrarnos con más profundidad y profesionalidad en el tema, hemos seleccionado el siguiente artículo de Jutta Burggraf titulado: " Educar en la sobriedad en nuestra sociedad consumista".
"Si queremos educar a los jóvenes, es necesario cumplir con una primera condición que consiste en tener en cuenta esos cambios sociales que se han efectuado en las últimas generaciones. El mundo, evidentemente, no es el mismo que era hace veinte, treinta o cincuenta años; las condiciones en las que vivimos han cambiado notablemente, incluso en los ambientes más "burgueses". No se trata sólo de una mejoría de lo que suele llamarse "nivel de vida", sino de algo más profundo; se ha efectuado un verdadero cambio en el modo de vida: televisión, avión, móvil, ordenador, internet han cambiado nuestra vida. Tampoco los hombres somos los mismos. Percibimos el mundo, sentimos, pensamos y reaccionamos de otra manera que nuestros abuelos. Así las exigencias para una buena formación son distintas que antes. Sin embargo, algunos educadores parecen pensar que los niños serían como la hierba, siempre iguales. Esto es un error, y puede ser, a veces, la causa de la ineficacia.

Hoy en día, en las sociedades de consumo, los niños no son educables como antes. Desde hace mucho tiempo, ya no están sólo bajo la influencia de la familia y de la escuela. Hay muchos co-educadores que atraen a los jóvenes a los valores más contradictorios. Estos son, por ejemplo, la televisión, la propaganda y el grupo de los compañeros de la misma edad. Ejercen una gran influencia sobre los jóvenes y, por supuesto, también sobre los adultos."

1 comentario:

AleMamá dijo...

La pura verdad. Si vieras lo que vi ayer, es para morirse. De todo para mascotas inclusive cosas que muchos millones de humanos jamás tendrán.
Saludos, buena ilustración la que has puesto, aunque ayer sólo vi camas de perros con decoraciones de estrellas y lunas con cojín ad hoc..... precioso, pero nos habla de unas distorsiones increíbles.