viernes, 28 de diciembre de 2007

Familia



Familia y colegio, lo hemos oído tantas veces, son un binomio inseparable desde el punto de vista educativo.
Por ello, debemos actualizar permanentemente nuestra conciencia sobre la importancia de lo que se juega en este ámbito.
A San Josemaría le gustaba repetir a padres y docentes, que lo más importante en el colegio eran los padres. Resulta obvio que no se refería a una patente de corso para mangonear en el colegio.
Por el contrario, era y es un llamado a la reflexión personal sobre la decisiva incidencia de la familia, basada en el matrimonio fiel e indisoluble, en la formación de las personas, en este caso de los hijos-alumnos.
No hace falta decir que esta influencia benéfica e insustituible, no se acota al ámbito privado de la educación de los hijos. Lo excede ampliamente, como lo indica el sentido común, lo muestra la realidad que nos circunda y lo documentan tantos y tantos estudios desde el campo antropológico hasta el bien concreto y pragmático de su incidencia sobre la economía de la nación.
La proximidad de la Fiesta de la Sagrada Familia nos ayuda en estas consideraciones. Nos ha parecido especialmente oportuno incluir aquí las palabras de San Josemaría sobre “El matrimonio vocación cristiana” ( Es Cristo que pasa, nn. 22-30)
"Al pensar en los hogares cristianos, me gusta imaginarlos luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia. El mensaje de la Navidad resuena con toda fuerza: Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Que la paz de Cristo triunfe en vuestros corazones, escribe el apóstol. La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida. "

Sobriedad


Uno de los desafíos educativos que nos pone por delante la sociedad de consumo y la cultura hedonista, es educar a nuestros hijos y nuestros alumnos en la sobriedad. Si bien es un tema en el que desde el punto de vista teórico, normalmente estamos todos de acuerdo, a la hora de la práctica, las presiones del entorno o nuestra propia falta de sobriedad y fortaleza, hacen que este tema genere rispideces, a veces difíciles de comprender.
En efecto, somos muy agudos a la hora de juzgar a los demás, pero a la de ver nuestras propias carencias y virtudes, de una indulgencia tremenda. Una sociedad en la que los perros, como los de la foto, tienen cama con dosel, poco difiere de la época de las caballerizas de mármol de Calígula. Aunque suene duro.
Para adentrarnos con más profundidad y profesionalidad en el tema, hemos seleccionado el siguiente artículo de Jutta Burggraf titulado: " Educar en la sobriedad en nuestra sociedad consumista".
"Si queremos educar a los jóvenes, es necesario cumplir con una primera condición que consiste en tener en cuenta esos cambios sociales que se han efectuado en las últimas generaciones. El mundo, evidentemente, no es el mismo que era hace veinte, treinta o cincuenta años; las condiciones en las que vivimos han cambiado notablemente, incluso en los ambientes más "burgueses". No se trata sólo de una mejoría de lo que suele llamarse "nivel de vida", sino de algo más profundo; se ha efectuado un verdadero cambio en el modo de vida: televisión, avión, móvil, ordenador, internet han cambiado nuestra vida. Tampoco los hombres somos los mismos. Percibimos el mundo, sentimos, pensamos y reaccionamos de otra manera que nuestros abuelos. Así las exigencias para una buena formación son distintas que antes. Sin embargo, algunos educadores parecen pensar que los niños serían como la hierba, siempre iguales. Esto es un error, y puede ser, a veces, la causa de la ineficacia.

Hoy en día, en las sociedades de consumo, los niños no son educables como antes. Desde hace mucho tiempo, ya no están sólo bajo la influencia de la familia y de la escuela. Hay muchos co-educadores que atraen a los jóvenes a los valores más contradictorios. Estos son, por ejemplo, la televisión, la propaganda y el grupo de los compañeros de la misma edad. Ejercen una gran influencia sobre los jóvenes y, por supuesto, también sobre los adultos."

viernes, 7 de diciembre de 2007

Agradecimiento (1)


Todo colegio debe un especial agradecimiento a las madres de sus alumnos. A todas.
Los lectores dirán que no hace falta estar al frente de un colegio durante 15 años para reconocer esta verdad de Perogrullo. Es verdad.
Sin embargo, el motivo de este artículo es un cierto tipo de madres, sin pretender bajo ningún concepto descalificar a las demás. Al día de hoy, al digitar SAHM (Stay at home Mom) en Google, se encuentran unos 2.500.000 citas. En un estudio del año 2002 (pinchar acá) de la Oficina de Censos de los EE.UU., se encontró que de los 41 millones de niños por debajo de 15 años viviendo con sus dos padres, 11 millones eran hogares con SAHM mientras que 189.000 eran papás. Para los interesados en las evidencias empíricas, les aconsejo visitar Family facts. (pinchar acá)
Los motivos de la decisión de una mamá que cursó, por ejemplo, estudios terciarios, ejerce exitosamente su profesión y cuando le llega el momento de la maternidad, decide poner en primer lugar sus responsabilidades familiares y abandonar total o parcialmente su trabajo - raramente esta decisión es necesariamente definitiva – son variadísimos.
Pero hay un denominador común mayoritario, que es la decisión libre de respetar una escala de valores previamente asumida y acordada con el padre. De manera expresa, cada cónyuge sabe y acepta que desde el momento que se casan y tienen hijos -y por eso es tan importante la libertad y la correcta formación de los que se van a casar- asumen públicamente unos compromisos conyugales y procreativos-educativos que marcan a fuego una situación personal y por consecuencia social y laboral diferente.
Que no significa renuncia a realizaciones personales o profesionales, sino opción libre y consciente de matrimonio y parentalidad.
Como observador privilegiado que es un director de colegio de esta situación social, y sin pretender generalizaciones inconducentes, es claro que los primeros beneficiados de una mamá que se ha ocupado en forma personal de sus hijos desde el amamantamiento hasta la edad escolar y también más adelante, son los hijos. ¿No es verdad que cada niño al llegar a casa luego del colegio, lo primero que dice es mamá?
Pero también la mamá y la familia en general son beneficiarios directos. En el vínculo ya recomendado (pinchar acá) , se puede incluso estudiar las consecuencias económicas para el estado de una madre que decide ejercer, como tal, full-time.

Seguiremos.

martes, 27 de noviembre de 2007

Trípode V


Familia, colegio, club de jóvenes. Un trípode en sintonía en buscar lo mejor para nuestras hijas e hijos. Dándole a cada uno y uno a uno, como decía nuestra amiga americana, lo necesario, ni más ni menos, para que pueda lograr todo aquello a lo que está llamado desde la eternidad. Para ello le fueron dadas determinadas aptitudes y no otras, que los padres debemos considerar a la luz de la oración para descubrirlas, aceptarlas y lograr las condiciones para que, libremente, libérrimamente, puedan desarrollarlas en su totalidad. (pinchar acá)



Aunque no es de buen gusto hablar en primera persona, tengo una deuda personal y familiar con estas dos instituciones que tanto nos han ayudado en la educación de nuestros hijos. El colegio de nuestros hijos, el de nuestras hijas y los inolvidables clubes de jóvenes a los que tuvimos la surte de mandarles. Lo mismo lo he visto en hijos de muchos matrimonios amigos.



Los tiempos han cambiado. No hay tiempos malos o buenos, sólo está el tiempo que se nos ha dado. Y éste siempre es bueno si ponemos los medios necesarios. En una época, la familia lo era todo. Luego, fue necesario el colegio. Hoy, hace falta complementar la labor del colegio con estas iniciativas que son aún más personalizantes y por tanto aumentan la eficacia educativa familiar.



Lo que nuestros hijos necesitan no es que se les llene el tiempo con actividades cada vez más extravagantes y me atrevería a decir inútiles. Hay que darles las herramientas necesarias para el desarrollo personal. Aunque suene ampuloso y un poco cursi, para que puedan ser verdaderos artífices de su destino, y no víctimas sin rumbo dóciles al viento que sople más fuerte.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Trípode IV

Hace ya algún tiempo que sigo con interés un estupendo blog (pinchar acá) de una familia americana nada común. El artículo (pinchar acá) que les propongo leer hace referencia a una pregunta que recibimos con frecuencia los padres de familia numerosa: ¿Cómo lo lograron? Y la respuesta es simple y a la vez crítica: “uno a uno”.
Como decía un amigo argentino que nos enseñó temas de orientación familiar a varios matrimonios uruguayos muy jóvenes - en aquellos tiempos- nada de “¡ravioles para todos!”.
Tenemos que llegar a fondo. Los colegios, por su propia naturaleza, no llegan, al menos intencionalmente, a plantearse temas como por ejemplo la vocación de sus alumnos. Su buen actuar se limita en primer lugar -y no es poco- a colaborar con los padres en el objetivo de formar hombres libres, cristianos coherentes en el pensar, en el decir y en el actuar. En segundo lugar, procurará que estos hombres desarrollen al máximo todas sus potencialidades personales en los aspectos educacionales clásicos.
Sin embargo, los padres queremos más. Y debemos querer más. Como decíamos más arriba, buscamos que sean felices, pero no en un sentido restrictivo del término, sino en toda la amplitud del mismo.
Queremos para ellos el ciento por uno y la vida eterna, como le gustaba decir a San Josemaría
(pinchar acá). Que sean felices, es querer para ellos lo mejor. Que sepan decirle a Dios que están dispuestos a ser Santos. Con una llamada que deberán descubrir y que toca a nosotros respetar y custodiar.
Pero poner a los hijos en condiciones de libremente poder responder al llamado a la santidad que Cristo ha hecho a todos los cristianos, en el matrimonio o en el celibato, es un compromiso exigente. Somos custodios de unas joyas preciosísimas
(pinchar acá) . Se nos pedirá cuentas de los medios que hemos puesto para que las criaturas -en el sentido literal del término- confiadas a nosotros, hagan un buen uso de su libertad.

Seguiremos.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Trípode III


Tantas y tantas veces, al entrevistar a los padres de un alumno, lo que oímos es: “Lo que quiero, es que sea feliz”. Lamentablemente, esta afirmación, esconde generalmente una frustración en determinada área de las habilidades que se espera que el niño adquiera (pinchar acá). Si no es así, lo habitual es escuchar manifestaciones con un aire más triunfalista. Sin embargo, lo que todos aspiramos, para nosotros en primer lugar y para nuestros hijos en consecuencia, es la felicidad en su sentido más pleno. No es un objetivo menor, al que apuntamos por ejemplo, cuando el éxito profesional y el dinero no aparecen a la vuelta de la esquina. Por el contrario, es el objetivo al que se dirigen todos los demás, como medios.
En efecto, queremos para nuestros hijos un desarrollo armónico y completo de su personalidad, que es única e irrepetible. Que incluye las dimensiones biológicas, intelectuales y trascendentes del hombre. Para el que no es una verdadera limitante la carencia de tal o cual aptitud, por ejemplo en el área artística, o deportiva o de cálculo. No se es “menos” persona por carecer de ellas, incluso en grado severo.
El éxito y el fracaso, medidos de acuerdo a los criterios al uso, son criterios limitados. Es que son criterios temporales. Nada dicen cuando se encaran las cosas con criterios de eternidad, que son a la hora de la verdad el único éxito y el único fracaso.(pinchar acá)
El colegio, por la propia naturaleza de su actividad, apenas si llega a penetrar en este encare más profundo, y diría definitivo, de la tarea educativa. Nos da elementos, como la paraclínica y los especialistas al médico de cabecera. Pero necesitamos más.
En la experiencia de los hijos de muchos de mis amigos y en la mía propia, una herramienta que se ha mostrado efectivamente idónea para mejorar la tarea educativa, han sido los clubes de jóvenes (pincharacá).

Seguiremos.

martes, 30 de octubre de 2007

Trípode II

Continuando con el realismo, la prudencia y la paciencia que deben moderar nuestras expectativas, pensemos una vez más, que nuestra idoneidad y autoridad educativa con respecto a nuestros hijos, se deriva del hecho de ser padres.
Pero este argumento contundente, nos obliga a poner los medios necesarios para hacerlo de la forma mejor y más conveniente.
Por eso, cuando en el colegio nos hacen consideraciones sobre la marcha de nuestros hijos, hay que tomarlas como una verdadera y desinteresada ayuda. Y así como a nadie en su sano juicio, si la maestra le dice que el niño no ve bien, le contesta que escriba con letra más grande, sino que va al oculista, también hay que tener la misma actitud cuando el tema de la observación es de índole psicológica.
Este terreno, despierta muchas veces reacciones negativas por parte de los papás. Porque ven sus expectativas menoscabadas. Sin embargo, debe primar la prudencia y el realismo en el actuar, que llaman a la responsabilidad inalienable.
La sintonía y el diálogo deben ser muy fluidos. Y al respecto, la experiencia indica que este intercambio es siempre entre tres: mamá, papá y preceptor. Si falta el papá o la mamá a la entrevista, corremos el riesgo de actuar con falta de datos y opiniones, siempre imprescindibles.
Los papás somos los educadores por excelencia. El colegio que hemos elegido, nos permite llegar más facilmente a los aspectos técnicos, nos brinda los elementos necesarios para informarnos más y mejor y poder actuar en consecuencia. Sin embargo, el ámbito de la educación en su sentido propio, no se ciñe exclusivamente a lo académico, a lo deportivo, a la socialización de nuestros pequeños, a la maduración en un ambiente diferente al del hogar y la familia o a la formación cristiana básica. Es mucho pero no alcanza.
Por eso, suelen ser necesarias, siempre buscando lo óptimo y con realismo, otras ayudas educativas, a las que el colegio no llega.

Seguiremos.

domingo, 28 de octubre de 2007

Alf

Interrumpo la secuencia de artículos que pensaba escribir. Aunque todo se entrelaza. Es que acabo de llegar de un curso de retiro en La Cantera, a una media hora del centro de Montevideo. Y no me resisto. Mis compañeros de silencio, una veintena larga de hombres de mi edad y tres o cuatro jóvenes. Entre ellos, un antiguo alumno del colegio. Lo miro y no lo puedo creer.

Me cuesta mantenerme serio. Es que verlo me hace recordar sus diabluras. Con mayúscula debería ponerlo. Tenía sus defensores. Entre ellos Don Ricardo. Ya lo vimos en una foto hace algunos días. Si lee estas líneas se reirá mucho.


Una vez, junto con otros cuyo nombre tampoco quiero revelar –entre otras cosas porque uno es ahijado de mi mujer- amenazaron al dueño del quiosco de la esquina de Monte VI con prenderle fuego al mismo. Motivo: tenía en exhibición revistas porno. No les faltaba razón a los chicos. Les faltaba prudencia. Les sobraba buen humor y agallas. Todo terminó bien y el quiosquero escondió las revistas.


Hoy está cambiado. Responsable, casado, trabajador del campo, tiene unos ideales fantásticos y lucha por cumplirlos. Moraleja: valió la pena. Felicitaciones a los padres. Ellos también, con la perspectiva de los años, se deben reír.


Me recuerda aquella maestra que encontró que el pintor había usado una de sus angelicales alumnitas para un retablo de una iglesia romana. “Es que no me deja rezar”, decía sonriente, “la miro y me acuerdo de sus trastadas”.


De nuevo, valió la pena. Un colegio que se apoya en los padres y viceversa, juega a ganador.


Disfruten el video-clip. Cualquier coincidencia… es verdad.

PS: Para la intimidad: ¿El dueño de casa se llamaba Willy?

jueves, 25 de octubre de 2007

Trípode I



A propósito de mis años como director, pero también a la luz de mi experiencia personal como padre y como amigo de muchos otros padres, quiero hacer algunas consideraciones sobre cuáles son nuestros objetivos educativos familiares, qué medios tenemos a nuestro alcance, qué resultados podemos esperar y qué elementos de certeza tenemos.

No se asuste el amigo lector y crea que pienso extenderme en un largo tratado. No está a mi alcance. Mi formación médico quirúrgica me lleva a “ir al bulto”.

Si pudiéramos escuchar sin ser vistos, las conversaciones de los papás –y de los abuelos, que mucho importan- sobre las expectativas que tienen de cada uno de sus hijas e hijos, veríamos un anecdotario muy divertido. Desde los aspectos deportivos, hasta los detalles físicos, los logros intelectuales, sociales, laborales y económicos, nueras y yernos, nietos y biznietos, todo lo imaginamos los padres. Todo. Una novela rosa legítima y simpática, de tejas abajo, le hemos oído decir tantas veces y con tanto cariño a San Josemaría.(pinchar acá)

La vida nos ha enseñado a todos, gracias a Dios, que sin embargo, cada personita que ha venido a alegrar nuestras familias, es nada más ni nada menos que eso, una persona. Y que nuestro accionar educativo, en toda circunstancia, debe estar dirigido a facilitar el máximo desarrollo de sus potencialidades del modo que le es propio. En definitiva, que el deber de educar responde al derecho a ser educado en el respeto de las peculiaridades de cada niño. Recomiendo la lectura del siguiente artículo de Ramón Pi sobre la obligación de educar, tomado de Arvo.net (pinchar acá)

En efecto, las expectativas en el terreno del quehacer humano tienen que ser realistas, prudentes y pacientes. Y como la mirada del amor materno y paterno, es y debe ser, por definición incondicionada, hacemos bien en usar ayudas externas apropiadas para que, este amor y esta aceptación del hijo por lo que es -por ser persona y sin adjetivos-, no se transformen en una limitante del desarrollo de nuestros hijos. Buscando lo que consideramos mejor, podemos errar en lo que es bueno para cada uno.

Seguiremos.

Comedor III


Siguiendo con el “comedor” –en sentido amplio- una de las instancias más esperadas por los alumnos, es el asado y en momentos muy especiales, la parrillada. De ordinario se ve dos veces durante el año, el día final del campamento o convivencia y el “día de la Familia”. Es todo un ritual muy rioplatense y también del sur del Brasil, que nadie quiere perderse y que todos disfrutan, grandes, chicos, mamás, papás, abuelos. Además, siempre hay un “especialista”, en el caso del colegio un personaje proveniente del medio de Tacuarembó, de una “ciudad” –según él, obviamente- llamada Quiebrayugos (23 habitantes en el último censo) En su honor vamos a poner una foto a la salida del último campamento el día de ayer ( y van….?). Muchas gracias Juan Antonio.
Volviendo a lo de todos los días, ¿qué hacer cuando aparece una intoxicación por alimentos? En quince años sólo me ocurrió una vez, y fue una experiencia por demás desagradable. El servicio estaba en ese entonces tercerizado, y se cocinaba en las dependencias del colegio. Para colmo de males, en esa época teníamos en los países fronterizos cólera, que afortunadamente nunca llegó al nuestro. El entonces Ministro de Salud, mandaba a sus hijos a Monte VI. Le faltó tiempo a alguien que nunca supimos quién fue -ni falta que hace- para enviarnos a una reportera del principal noticioso de la TV,
para preguntarnos si eran verdad los rumores de que el primer brote de cólera, había sido en el colegio de los hijos del Ministro de Salud. Quedó claro que mi flujo coronario tenía menos turbulencias que una piscina.


Experiencias: 1º, tener siempre los aspectos bromatológicos en forma inobjetable, tanto los propios como los de los proveedores de servicios, incluyendo el control periódico del agua. 2º, evitar implicancias de ningún tipo en la contratación del proveedor del servicio. Como siempre, la profesionalidad es la regla. 3º, transparencia absoluta en la comunicación a los padres. 4º tomar con idoneidad técnica, celeridad y justicia las medidas necesarias.

martes, 23 de octubre de 2007

Comedor II


Siguiendo con el tema del comedor del colegio, Pedro, durante muchos años Coordinador de Orientación (C.A.O.), tenía el asunto dentro del área de su responsabilidad. Ciertamente, ¿qué no cae bajo la responsabilidad del Coordinador de Orientación?. Como se lo tomaba muy en serio, hacía múltiples estudios y encuestas. Encontró muchas curiosidades, pero sólo una vez descubrió un niño al que no le gustaba el dulce de leche. No recuerdo su nombre pero es seguro que Pedro si. Fue todo un hallazgo, casi antropológico.
Me acuerdo también, que cuando estudiaba medicina –hace ya casi treinta años que me gradué- la anorexia formaba parte con la adinamia y la astenia de un triplete sugestivo de enfermedades neoplásicas. Y nada más. No muchos años después, la anorexia nerviosa pasó a ser un flagelo de la juventud, principalmente mujeres. Hoy se encuentra la anorexia en los varones, aunque con menor frecuencia. Pero los trastornos en los comportamientos de la alimentación, son hoy una entidad propia, que requiere un seguimiento muy profesional. Les recomendamos a nuestros lectores visitar la página de la Unidad de Diagnóstico y Terapia Familiar -UDITEF-
(ver) de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra . Otros colegios amigos, han tomado iniciativas muy interesantes relacionadas con el cuidado de la salud, que van más allá de la simple “área protegida”. (ver)
La sintonía entre las familias y la dirección del colegio en este tema, no puede ser menospreciada. Por cierto que se trata de la urbanidad, los buenos modales y la guerra a los caprichos. Pero es un tema serio de salud. Para niñas y varones.
En el plan de lectura, habíamos incluido en aquellos tiempos un libro de la serie del "Pequeño Nicolás"
(ver) . Uno de sus amiguetes, Alcestes, era un gordo simpático que vivía con las manos llenas de mermelada por las “tartines” que le mandaba su mamá. Los maestros trabajaban este personaje en relación con los hábitos correctos de alimentación. Aprovecho para recomendarles la serie a todos los lectores. Es muy divertida. Aunque tiene un tufillo feminista que deja al papá de Nicolás bastante mal parado. No sin motivos, todo hay que decirlo.
Como vemos, también el plan de lectura caía bajo el paraguas del C.A.O. Creo que lo único que se salvaba, era la Combi del Director. Una lástima, porque precisamente allí, lo hubiera necesitado para que pagara las multas. Volveré sobre el asunto.

lunes, 22 de octubre de 2007

Comedor I



La “hora del comedor” hace acordar a cualquier Director de Colegio a la “hora de las brujas” (ver) , artículo tomado del estupendo blog "coffee and diapers" (ver) . Esta feliz definición, se refiere al horario entre las 19.00 y las 20.00 en el hogar, que todas las mamás conocen y temen – y todos los papás también, faltaría más, por eso suelen llegar después de las 20.00-. Se asemeja en importancia a la entrada y salida de los alumnos al colegio. Es el tiempo de los apuros, cuando los “previstos imprevistos” arrecian, de los apurones, de los llantos de los chiquitos a los que no les gustan las arvejas, de los de turno que no llegan o que faltaron y hay que suplir, de las quejas de las mamás -incomprensibles para una mente de varón- y que justifican una mano femenina detrás de bambalinas o al frente, directamente. Recuerdo una conversación con un amigo que había coincidido con una Directora en un aeropuerto. Le dijo que ella mediría un colegio visitándolo a la hora del comedor. Me parece un poco exagerado, pero ¡vaya, esa señora sí que conocía de colegios!
Es un ámbito apropiado para la educación en la fortaleza, espíritu de servicio, urbanidad, sobriedad y muchas otras virtudes. La misma directora contaba a mi amigo, que unos padres habían retirado a su chica del servicio de cattering que ofrecía su colegio y se pasó a la vianda preparada en casa, por la baja calidad de los servicios, según ellos. Luego del mal rato, la sabia directora hizo que la gobernanta llevara un registro de las viandas que la chiquilla traía. ¿Pensaron en hamburguesas con papas fritas y alfajores todos los días? 100% correcto. Seguiremos con el tema en otros posts. Vale la pena.
Le agradecemos a Hermione y Harry la foto. El comedor de Monte VI era un poco menos impresionante.

jueves, 18 de octubre de 2007

Nísperos


Los nísperos, en el jardín de Millán nunca llegaron al amarillo que ya tienen en esta foto. Es que de verdes se los comían. A pesar de que el jardinero -Focco- los espantaba y amenazaba con su escoba. No hay forma incruenta de impedir que unos diablitos que quieren subir a un árbol lo logren. Igual hacían con las moras y los higos. Lo confiesan sin ningún pudor los autores, ya pasado el peligro del jardinero. Además, desde el punto de vista del que escribe, para unos “niños de apartamento” y también de casa moderna, no es tan fácil conseguir la oportunidad de sentirse un poco mono. Y forma parte importante de las experiencias que hay que vivir. En algún caso “de cuyo nombre prefiero no acordarme”, siempre me pregunté si no sería la demostración -tan buscada por los antropólogos de todos los tiempos- del famoso eslabón perdido. Un buen tema de discusión con mi amigo Jean Marie Meyer , autor junto con Patrice de Plunkett de « Nous sommes des animaux, mais on n´est pas des bêtes » que en una traducción libre sería algo como “Seremos animales pero no brutos”. O para una tertulia con don Mariano Artigas, ya fallecido, autor de “Las fronteras del evolucionismo” y tantos otros. O ya en casa, pero con nivel internacional de campanillas, con Diego, Jorge y Juan Carlos. Nos sale más barato, hablan español y no tenemos que resucitar a nadie. También, a los que les interese el tema, les recomendamos pinchar aquí

miércoles, 10 de octubre de 2007

Amazona

Édouard Manet (1832-1883) pintó esta tela de una "Amazona sobre fondo azul" entre los años 1882 y 1883. Al nombrar en un post reciente a la figura del Preceptor en el colegio, me pareció oportuno traer este cuadro, para goce estético de todos y para recordar a una mamá inefable, muy cercana en la familia y en el corazón, que una vez, fue a la entrevista con el preceptor a caballo. Como es mi cuñada, no tengo ningún problema en decir su nombre: Mónica. Para los lectores de ultramar, aclaro que Monte VI si bien en esos año estaba en una quinta muy bonita, es un colegio urbano. Y que Montevideo, es una ciudad moderna en la cual la gente "normal" circula en sus autos o en los ómnibus. Pero mi cuñada es todo menos normal. A ver si nos entendemos, es una madre de familia numerosa (12) con nietos (8), médica, empresaria... y ya con esto alcanza para ver que con los criterios de estos tiempos, no es normal. Gracias a Dios aún quedan esas anormalidades, lo cual nos permite ser muy optimistas sobre el futuro del "homo sapiens".
Pues bien, tenía un caballo en su casa y no tuvo mejor idea que ir Monte VI montando. Hay fotos que lo documentan. Vaya a saber dónde están. De ese día guardamos el recuerdo del Padre Cuacua (Jorge Méndez), que al ver el caballo (se llamaba Sargento) montó y dio una vuelta para delicia de los niños. A los pocos días se iba a Pamplona para su primera operación del tumor cerebral (1998), a consecuencia de los cual el Señor se lo llevó al cielo el pasado 25 de julio.
La anécdota de la madre amazona, vale por sí misma, pero además pone de relieve la preceptoría o tutoría. Es una herramienta más de la enseñanza personalizada. Permite que la información de la marcha del alumno llegue a los padres en una entrevista única, y no la multiplicidad de docentes -que puede haber- sobre todo en secundaria. El preceptor, que es siempre además un docente, está disponible para que el alumno se entreviste con él con frecuencia y naturalidad. Tiene algunas semejanzas y diferencias con el tutor de los colegios sajones. Su tarea incluye el despacho periódico con los padres -a quienes ayuda mucho- , implica una especialización educativa importante, una sintonía con el ideario del colegio necesaria y una unidad de vida imprescindible.
Puedo dejar testimonio como director del colegio, de la solidez del departamento de orientación que me acompañó durante mi permanencia en Monte VI. De la importancia que tuvieron los preceptores en mi familia para ayudarnos a mi esposa y a mi en la educación de nuestros hijos. De los buenos resultados obtenidos. Fundamentalmente de la imagen de hombría de bien, cristianos coherentes y profesionalmente destacados. Fueron modelos para muchas generaciones de antiguos del colegio. Nunca se romperá esta huella porque forma parte del ser y del modo de ser del colegio.

martes, 9 de octubre de 2007

Bullying

Cuando pensamos en un colegio de varones, en algunos ambientes -por cierto no bien informados- se corre el riesgo de verlo como una suerte de escuela de Infantes de Marina. Y con perdón de los Infantes de Marina, profesión noble, abnegada y llena de virtudes, pero que los estereotipos de cierta prensa trasnochada, los hacen ver como la versión moderna de los chamanes aztecas. Nada más lejos de la realidad. La camaradería, la amistad y la hombría de bien, son las características de la formación humana de Monte VI. Y es la más pura verdad que se logra.
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Sin embargo, no quiero caer en ingenuidades. La violencia y el acoso escolar (bullying, harcèllement scolaire) son una realidad social preocupante y sobre la cual existen cada vez numerosos mas estudios. Los excelentes dibujos de Norman Rockwell nos ayudarán a entrar en ambiente.

Esta vez hemos elegido de arguments un artículo interesante e ilustrativo sobre el tema escrito por José Javier Esparza .
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Usted no tiene por qué saber quién es Leonard D. Eron, norteamericano, que acaba de fallecer a los 87 años de edad. Yo ni siquiera sabía que se había muerto. Nadie nos lo ha contado en la tele. Me he enterado de su fallecimiento por un artículo en elmanifiesto.com. Leonard D. Eron es el señor que demostró la influencia de la televisión en los comportamientos violentos. Psicólogo y profesor universitario de profesión, compareció en 1999 ante un comité del Senado y afirmó que al menos el 10%o de la violencia juvenil puede achacarse a la influencia de la televisión.¿Con qué fundamento afirmaba tal cosa? Con los datos de un estudio a largo plazo realizado por él mismo y los psicólogos clínicos Monroe Lefkowitz y Leopold O. Walter.
Ese estudio, que comenzó en 1960 y no ha terminado todavía, se llama Columbia County Longitudinal Study y consiste en: seleccionar una muestra de 800 niños de ocho años, entrevistarlos a ellos y a sus padres, y seguir su comportamiento año tras año, introduciendo en el análisis la variable del tipo de televisión que han visto.Los chicos de 1960 fueron reexaminados en 1970, 1980 y 2000. La conclusión del estudio era inequívoca: hay una relación directa entre la visualización de programas violentos en la infancia y la juventud, y la expresión de comportamientos violentos en la edad adulta. Eron lo dijo así en el Senado de Washington: «El actual nivel de violencia interpersonal se ha visto disparado por el efecto a largo plazo producido por la exposición de muchas personas a un dieta intensiva de violencia televisiva cuando eran niños». Hay otras causas en la violencia, pero a la televisión le corresponde su parte.Leonard D. Eron dedicó muchos de sus esfuerzos a paliar la violencia juvenil: colaboró en programas sociales y sentó principios y orientaciones para padres y educadores. Uno de esos principios reza del siguiente modo: «Es inútil alabar el comportamiento positivo de los estudiantes si no realizamos críticas y castigos del mal comportamiento». Habrá a quien le suene terriblemente autoritario. A ese le vendría bien una charlita con Eron.
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Podemos por tanto, llegar a algunas conclusiones primarias:
  1. El mal comportamiento no se evita alabando el bueno. Hay que actuar eficazmente sobre el malo.
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  3. No es de buena política encubrir al acosador alabando sus fortalezas sobre todo en el área de las destrezas físicas. Sólo se logra potenciar su actitud negativa.
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  5. No es lógico minimizar el daño producido, ya sea por parte del docente o por la familia. Normalmente detrás de esta actitud se esconde una falta de fortaleza en llamar las cosas por su nombre.
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  7. Hay que tener piel fina, para detectar los síntomas de un niño que sufre acoso. Y actuar.
  8. Una vez más, debo agradecer a título personal y a propósito del tema, la invalorable ayuda de los preceptores con experiencia y bien formados.
A continuación, sugerimos algunos enlaces que pueden ayudar a profundizar en este tema tan actual.
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sábado, 6 de octubre de 2007

¡A Roma!







En un día como hoy, pero hace cinco años, muchos alumnos de Monte VI viajaron a Roma. Motivo: la Canonización de San Josemaría. Era un momento difícil en Uruguay. Una corrida bancaria como no se había visto nunca en la historia del país. Sin embargo, un grupo nutrido -a escala uruguaya- pudo ir. En el colegio pasó lo que luego nos enteramos que pasó en la mayoría de los casos. Ingenio, entusiasmo, colaboración, búsquedas extraordinarias de ingresos, trabajo y sobre todo un objetivo en común. Los alumnos de cuarto de liceo, que tradicionalmente tienen un viaje de fin de cursos al exterior, decidieron que el viaje sería la Peregrinación a Roma. Y aquí se vio la generosidad no sólo de los que fueron y sus familias, sino también la de algunos que quedaron y aplaudieron la idea, aun a sabiendas que el viaje de fin de año sería de "perfil bajo". Incluso se dejaron de lado ofertas de pasajes, quizá más atractivas, pero que afectaban la compra en conjunto que beneficiaba, mediante pasajes "liberados", a personas de muy bajos recursos.
Es que Monte VI le debe mucho -¡todo!- a San Josemaría . En efecto, ya en los años cincuenta, impulsó a matrimonios, primero de España, y luego de todo el mundo, a que se tomaran muy en serio su responsabilidad primera de la educación de los hijos. Consecuencia directa de su predicación constante de la llamada universal a la santidad para todos, también para los casados. Sonaba a herejía por ese entonces. Empezaron a surgir entonces colegios, en todas partes del mundo, que dentro de su diversidad tiene en común que son promovidos por padres de familia, bajo su responsabilidad y con el objetivo de hacer realidad el derecho primigenio de los padres a la educación de sus hijos, de acuerdo a sus convicciones. La idea rezuma secularidad y aires de libertad. El éxito obtenido explica su vigencia.
Las fotos, de no muy buena calidad, tiene el valor de lo vivencial. Muchos de nuestros lectores se reconocerán en la foto de grupo. Se ve al antiguo capellán del colegio, Don Ricardo, tan querido por todos. Cote Delpiazzo y Martín Varela. Y también una foto de una familia bastante internacional que pudo reunirse en esos días inolvidables en Roma.
Para finalizar este artículo, un video clip que recuerda palabras de San Josemaría a las familias y muestra la colocación, con la presencia de Benedicto XVI, de su imagen en una hornacina exterior de la Basílica de San Pedro.


viernes, 5 de octubre de 2007

Incendios

Desde que existen los colegios, los alumnos se las han ingeniado para esconderse y hacer travesuras. Y gran parte de la historia de la vida de los maestros ha consistido en tratar de impedírselo, triunfando casi siempre los primeros. A pesar del viejo aforismo "yo fui niño antes que Ud. y me las sé todas", no hay duda que las cosas cambian y la tecnología, por ejemplo, se lo pone más difícil al gremio de la tiza y borrador. Pero hay cosas que desde Tom Sawyer , con su pipa de marlo, siguen iguales. Como fumar a escondidas. Así que la quinta de Millán 4250 ofrecía múltiples alternativas para estos menesteres tradicionales y casi podríamos decir, emblemáticos de la condición de estudiante.

Una tarde de otoño, para sorpresa de todos, un antiguo y seco papiro, con un gran hueco central -ideal para esconder cosas y tesoros- empezó a humear cada vez con más intensidad. Alguien había usado el hueco como un irrespetuoso cenicero, indigno de la solemnidad del viejo y solidario árbol. Pitando detrás de su protección compinche, probablemente asustado por la cercanía de algún maestro, apagó mal la colilla. El casero, Foco de apellido, trató de apagar el tronco pero no pudo. Así que terminaron llamando a los bomberos, que fácilmente lo lograron. No tenían un carro tan lindo como el de la foto, es cierto. Es que con un carro como ese, se justifica la tradicional ilusión de los niños que quieren ser bomberos.

En fin, ya ven que no tengo iniciales para poner. Aunque en aquel momento tuve mis sospechas, pero ya no me acuerdo. ¡Para que necesidad! diría mi abuela. Eran épocas divertidas y recuerdo alguna película de mi juventud en la que sucedían episodios similares, por ejemplo "Donde hay diablillos hay diabluras". (Si alguien la rescata, le ruego me lo comunique)
Aprovecho también para recomendarles la lectura de tres libros de Marcel Pagnol , "La gloria de mi padre", "El castillo de mi madre" y "El tiempo de los secretos", una trilogía llamada "Souvenirs d´enfance". Es de una gran frescura, optimismo y ternura y está llena de valores intemporales. Lo disfrutarán grandes y chicos. Y más si hacen el esfuerzo de leerlo en el original francés.
Para los casados y quienes estén por casarse, no se pierdan el relato de la abuela y el abuelo a propósito de la estadía de éste en su juventud en Paris aprendiendo el tallado en piedra. Vale más por si sola que todos los textos actuales sobre si los hombres son de Marte y las mujeres de Venus o de si las mujeres saben o no leer mapas.

jueves, 4 de octubre de 2007

single sex education


Una de las características relevantes de Monte VI es que es un colegio que ofrece educación diferenciada para sus alumnos. No es la única, ni siquiera la principal. Forma parte de un proyecto educativo armónico y coherente que busca una educación personalizada. En el sentido propio del término, es decir educación de personas.

Hemos visto como a veces se comprende mal esta terminología, confundiéndola con términos como individualizada, exclusiva o similares. Sin embargo la distinción es nítida.

En el entendido entonces, de que el objetivo es la educación de personas, se ve con claridad la validez del instrumento pedagógico de la educación diferenciada por sexos (Ver aquí una selección de documentos de María Calvo Charro) .


Es por lo tanto sumamente importante, la fundamentación desde el punto de vista biológico y psicológico, como se ve en este artículo del Dr. Sax (ver más) . Esta argumentación es sin embargo, complementaria. En efecto, la condición de persona trasciende la mera realidad biológica tangible y susceptible de ser investigada en forma empírica.


A título personal, como padre de familia de hijos e hijas que fueron educados en este contexto, puedo dar testimonio de la efectividad del mismo. El mejor elogio sobre este tema, lo recibí cuando un amigo -con experiencia en el trato con jóvenes- me dijo que viendo la libertad de espíritu, la diversidad de caracteres, gustos y aficiones de nuestros hijos, podía asegurar que mi esposa y yo habíamos sido buenos educadores. Hay que aclarar aquí por lealtad, que la opción por una educación diferenciada , jugó un papel no poco importante en que estos frutos fueran una realidad. Pero además de lo que he vivido personalmente en mi familia, por mi trabajo tantos años de director y por los hijos de mis amigos que comparten iguales criterios, me siento con autoridad para hacer generalizaciones. Es que he visto iguales resultados en muchos jóvenes (ellas y ellos) que son hoy excelentes profesionales, mejores madres y padres, cristianos coherentes, en fin, mejores personas.




Ver también de María Calvo Charro
y además el artículo del Prof. José Luis González-Simancas

miércoles, 3 de octubre de 2007

Empanadas.

Si algo tienen en común los egresados del colegio, es su diversidad. Prueba de la validez de la propuesta educativa. Y de su capacidad de potenciar las personalidades. Profesionales de carreras liberales, deportistas, industriales, comerciantes, periodistas, músicos, pintores y también, como en el caso de este video, artistas escénicos. Para ser sinceros, tampoco hacía falta que este alumno comedor de empanadas (LOA) estudiara demasiadas artes escénicas. Su vida, desde que lo conozco, y lo conozco desde hace mucho, fue siempre una gran actuación. En todos los significados del término. Me gusta recordar cuando la mamá se desvivía para que adelgazara. Y el "gordo", llegaba al colegio con una Coca que había comprado en el kiosko de Chichita y luego, al mediodía, terminada su frugal vianda, paseaba por las mesas, tratando de que los más chiquitos le convidaran con galletitas (¿chantaje mediante...?). Muy habilidoso para el football, los vecinos lo conocían por el nombre. Y cuando comenzaban los partidos sobre el final de la tarde, se sentaban en el muro del fondo a mirar. Una vez, con un espectacular gol de chilena, se ganó la ovación de los espectadores que lo alentaban L... L... L...!!!! Y el, como quien sabe que se debe a su público, les tiraba en un teatral ademán, besos. ¡Qué grande L...! Incursionó también en el área de la producción, con un video memorable en el cual personificaba a Don Corleone y guardaba los cadáveres en los cajones de la cocina, mientras fumaba los habanos de su padre. Desde este blog, te deseamos LOA el mejor de los éxitos. Y que cuando tengas tu estrella - que ya te está esperando- en el Walk of the Fame, te acuerdes de nosotros.

lunes, 1 de octubre de 2007

Negocios

Siguiendo con estos recuerdos, la sede de la calle Millán 4250 (haz clik) de Monte VI, tenía detrás una linda cancha de football, casi reglamentaria.
Una tarde, en un incidente deportivo común y corriente entre los aguerridos jugadores, MJSG, fue levantado varios palmos del piso por un suave botinazo de JMO. Gajes del oficio, de la garra charrúa y de la bestialidad de los jugadores.
A consecuencia del pequeño y delicado roce, el primero de los nombrados resultó con una doble fractura de pierna. El director, que trataba de escapar en todo lo posible a su condición de médico, no tuvo más remedio que ir en auxilio del infortunado. Nada pudo hacer hasta que llegó la ambulancia, lo calmaron, lo inmovilizaron y lo trasladaron al hospital. A los dos, ya que cualquier director sabe que los traslados al hospital forman parte de sus responsabilidades. Al igual que convencer a los preocupados papás que así son las cosas del deporte.
Antes de seguir con la anécdota, debemos decir que MJSG fue siempre un estudiante modelo. En todos los sentidos. Y lo sigue siendo, ya casado, graduado y por ser padre.
De vuelta al colegio, llegó en silla de ruedas. Al principio, sus compañeros se peleaban para llevarlo. Al ver el interés, decidió incentivarlo mediante el cobro de una módica moneda. Abierto el nicho de mercado, el perspicaz lesionado se dio cuenta que podía mejorar sus ingresos, si en lugar de pasearlo a él, dejaba el lugar a otro y alquilaba la silla. Además, el yeso ya estaba seco y podía apoyar la pierna -se dijo para sus adentros- si algo le faltaba para convencerse de la oportunidad del negocio.
¿Se imaginan si hubiera tenido la monster wheel chair de la foto? Hasta los maestros le hubieran comprado boletos.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Ducha




Comienzo gustosamente con este simpático personaje , algunas anécdotas, recuerdos y reflexiones, de mis años como director de un colegio de varones en Montevideo.
La diversión para los "antiguos" está servida.